Siempre quise un perrito beagle porque es mi raza favorita y siempre quise tener un cachorro. Un día de noviembre de 2017, después de escribirle carta al niño Dios, me dieron la mejor sorpresa, mi deseo se haría realidad. En esta navidad tendría mi perrito.
Este día especial de diciembre llegó, luego de hacer los trámites de mi matrícula en el Colombo Americano para mi próximo curso, fuimos a buscarla para llevarla a casita. Yo pensé: qué nombre le ponemos? qué tal si le ponemos Chispita. Mi mamá me dijo que por qué Chispita y yo le dije porque ella representa una chispa, un deseo que Dios me hizo realidad. Estoy muy feliz con ella. Ya llevamos dos días junto con ella y es muy genial.
Chispita es una beagle, con orejitas grandes, juguetona, dormilona, comelona y activa. Ya casi daña el pesebre de la casa y su lugar preferido es la sala de estar porque se divierte escuchando música y viendo televisión conmigo.
Para cuidarla, papá me ayuda a darle su medicamento de antipulgas y vacunas. Llevo un diario donde anoto la hora que ella hace pipí y caca porque hemos leído que es recomendable que lo hagan en un lugar abierto, entonces si ya sé las horas podré sacarla a que lo haga. Claro que cuando la entrene para hacerlo fuera del apartamento, llevaré la bolsita para recoger la caca que haga y botarlo en la basura. Por ahora, mamá y yo solo limpiamos donde haga pipí y caca.
En pocos días ella saldrá con nosotros al parque por primera vez, porque mientras tanto está mejor en casa. Les voy a estar contando por aquí, por instagram y mi canal en youtube sobre la vida de "Chispita".
